Si de personas inquietas hablamos… ¡Ahí entro!

Desde que tengo uso de razón (muevo todo a mi alrededor ;), re-decoraba mi habitación o la de mi hermano. No se me olvida la cara de mi mamá cuando entraba y veía todo completamente cambiado y su pregunta era… ¿Cómo moviste los muebles?

Cortaba las mangas de las camisas, los calcetines y faldas para hacerle ropa a las muñecas. Obvio sin permiso. Transformaba la ropa de mi mamá. Le pegaba piedras y botones, las pintaba y bordaba, las cortaba y hacía mas chicas para que me quedaran. 😉 Pasaba horas haciendo cartas y letreros de nombres de mis amigas y familia. ¡¡Eran mis regalos especiales!!

Bordaba servilletas con caballos (¡hooorribles!) para mi abuelo.  Tejía bufandas (con mil puntos perdidos), según yo, iba a lanzar una línea para vender.  Nunca me imaginé que años más tarde vería en Matrix suéteres con mis puntadas jejeje….

A los 6 años, les pedí a los reyes magos una máquina de escribir.  Me sentía toda una escritora.  Una libreta, agenda o diario por supuesto siempre me han acompañado.

Cambié de carrera 3 veces y he tomado clases de todo lo que te puedas imaginar.  No paro.  Tendré que vivir hasta por lo menos 220 años, mi lista de aprendizaje todavía es larga.

La parte laboral empezó desde peque también.

A mi papá le pedí mi primer trabajo. Los fines de semana era su asistente jajajajaja….. anotaba en mi super libreta los pesos del ganado y cuántas pacas habían comido. Siempre en vacaciones buscaba ocupación.

Desde el 2016 me dedico a rentar y administrar propiedades, inicié Ven a San Miguel. Es un negocio que me permite ser mamá de tiempo completo, el típico caso del entretenimiento que se volvió negocio familiar y ya hoy va en BoomBnB.

Visto espacios, transformo muebles, hago joyería, armo piezas de decoración, me encanta tejer, aprendo fotografía, etc… ¡Crear es mi Hobby!

El 2020 me llevó a Dejar y Ser! y comencé a hacer lo que nunca imaginé, maestra suplente de Kinder, luego de Primaria y a lo que siempre le saqué la vuelta… ¡METERME A LA COCINA!  Hoy agradezco esta experiencia, me declaro “Thermolover” le agarré cariño a las cazuelas.

Como estar sentada no es lo mío, en una oportunidad nació Casa Cirila espacio donde el arte, la cultura y el comercio se mezclan.

Siempre tuve claro que por mis venas corría la sangre artística de mi mamá, mi Lulita y mi abuelita.

Y la mejor combinación, con la de mi papá!
Entendí que, si la vida te da limones… ¡¡¡PIDE EL SALERO Y UN TEQUILA !!! Ahora me relajo como él.