Fueron muchas las circunstancias que nos frenaron durante las últimas semanas para regresar a México pero la principal era el transporte.

Por fin encontramos lo que se acomodó a nuestras necesidades pero sobre todo a nuestro bolsillo.

Ya me siento “Carlilla la Trailera”.  Por cuestiones de la Visa, Silvano no tiene licencia de manejo gringa y la mexicana está vencida, así es que soy la conductora resignada. No se cuantos días de viaje van a ser, pero lo que si esta claro, es que va a ser muy divertido.

Ahora si… nos quedan (como dice “Don Carlos”) “2 que 3 Alhóndigas por incendiar” y emprendemos la retirada.

Se aceptan consejos de “como mantener despierto al copiloto”  ya que el único pasajero que llevo, se duerme hasta cuando va en una moto, al que no me lo crea, pregúntele a mi suegro.

Un último favor.  Por primera vez, apoyen a los legisladores locos que están haciendo un paro en la tribuna para bajar las cuotas de legalización de vehículos importados, no están en campaña.

¡Ayúdanos Paisano!