¡Acelérele chofer! ¡Acelérele…
Por fin llegamos hasta la orilla de Florida, estamos en Pensacola.
Gracias a un chubasco. Silvano hoy no tuvo calor ni me escuchó cantar ni hablar por 2hrs.
Parecía que la lluvia nunca se iba a acabar, la visibilidad era muy poca y el aire fuertísimo. En pocas palabras, el camioncito se movía horrible. ¡De miedo!
La pieza que le cambiaron quedó muy bien, la verdad es que el primer día, hasta que el camión se paró en la tercera subida, me di cuenta que el motor no tenía potencia porque (al que se ha subido con Silvano a un carro me entenderá)… cuando vamos en la carretera, para mí ya es algo normal ver las hojas secas de los árboles, o las abejas. Entonces yo pensé que si esta vez, íbamos en un camión, con una casa encima y alcanzaba a contar las hormigas, no tenía nada de raro.
Bueno, a lo que iba… quedó tan bien el motor que por fin hoy rebasamos dos ó tres trailers. jajaja…
La verdad es que el chofer hoy se merece una felicitación porque lo hizo muy bien. Manejó todo el camino, yo no le pude ayudar porque ayer me comí unos camarones que me hicieron sudar frío todo el camino.
Mañana les cuento donde andamos.
Si alguien tiene un remedio para mi, se los agradeceré.